La fórmula de la felicidad – Enseñanzas de la Cabala

La cabala nos enseña que la naturaleza ( o Creador en hebreo) en la que vivimos (se refiere al mundo inanimado, vegetal, animal y el hombre) es un sistema perfecto cuyo único propósito es darnos la felicidad eterna que tanto anhelamos. Pero el propósito de la naturaleza es que lleguemos a esta felicidad eterna en forma independiente, comprendiendo lo que ella nos está tratando de dar en una forma correcta, obteniendo esa sensación absoluta de eterna felicidad y no de una felicidad temporal.

GOZO + INTENCIÓN = FELICIDAD ETERNA
GOZO + INTENCIÓN = FELICIDAD ETERNA

Cómo lo explico en artículos anteriores siempre que creemos haber alcanzado la felicidad esta, después de un tiempo, decrece y desaparece, no es permanente, un auto nuevo, un viaje que se acaba o un nuevo negocio que nos hará ganar dinero, todo viene y se va y comenzamos nuevamente a buscar otra fuente de felicidad.

La cabala nos explica que existe una sola fuente de felicidad eterna y verdadera, que nunca se acabará, sin depender de ningún placer terrenal, no casa, no dinero, no familia nada de todo esto. Solo depende de nosotros, de nuestra condición interna. La cabala nos enseña que esa felicidad puede ser eterna si logramos utilizar un principio distinto al gozo propio. La cabala nos está dando la solución al problema desde la raíz. La cabala nos explica que el motivo por el cual no alcanzamos una felicidad duradera es porque lo que hacemos con el “carro nuevo, o la nueva casa o el negocio del año” es calmar nuestro deseo, y al ser neutralizado nuestro deseo el placer disminuye y por consiguiente ya no sentimos esa felicidad con la misma intensidad hasta que desaparece.

La cabala nos dice que a este proceso debemos agregarle otro ingrediente. Ese ingrediente es “la intención”

GOZO + INTENCIÓN = FELICIDAD ETERNA

Esto significa que al deseo debemos dirigirlo no hacia nosotros sino hacia el prójimo, debemos desear con la intención de hacer feliz al prójimo. O en otras palabras esa intención de otorgar al prójimo convierte a nuestro deseo en felicidad, en un conductor de placer eterno.

La verdadera felicidad nos está esperando a que lleguemos.

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