EL PODER DEL AMOR ESTA EN NUESTRAS MANOS

CABALA PARA TODOS

Parte del arte de la mujer es la capacidad de transmitir sus demandas sin palabras. Del deseo “femenino” que motiva y mueve al mundo se habla  mucho en los libros de Cabalá. La mujer no solo siente más claramente lo que le falta en su vida y lo que le falta en la vida de las personas más cercanas a ella, sino que también sabe cómo guiar sabiamente al hombre a apoyar a su familia, construir su hogar, honrarla y apreciarla.

Entonces, ¿qué quieren las mujeres? Más allá del éxito y el logro personal, todas quieren estar rodeadas de un entorno seguro en el que se sientan  eficientes, valoradas, y donde puedan hacer crecer la próxima generación de forma feliz. La relación de pareja, a partir de la cual se crea la vida, ocupa y nutre la mayoría de todas las áreas de la vida.

Tomemos como ejemplo a Sarah, aunque Avraham era un hombre de visión, para saber cómo llevar a cabo sus pasos, recurria a su esposa Sarah.

“Todo lo que te dice Sara escucha su voz” (Génesis 21:12),

Sarah y Abraham son un maravilloso ejemplo de una pareja que trabaja junta, en perfecta armonía. Ambos buscaron resolver la crisis egoísta que se reveló en la Torre de Babel y expusieron la separación extrema que se creó entre los babilonios. De la mano, llevaron al grupo a darse cuenta del principio de “Ama a tu prójimo como a ti mismo” Sarah, como una madre que cuidaba a toda su familia, llevó a cabo un proceso exhaustivo con las mujeres de ese período y trabajó incansablemente por la unidad de todo un pueblo.

Incluso hoy, estamos profundamente inmersos en una crisis de relaciones, e incluso igual que la de aquellos días en Babilonia. Bajo la superficie, una guerra civil encubierta está teniendo lugar. Este odio, que aún no se ha revelado completamente, representa un peligro real para nuestra existencia continua y es ahora más que nunca que necesitamos el poder femenino que nos ayude a unir y a conectarnos unos con otros,

El poder femenino es el que puede cambiar el rostro de la realidad. Todo lo que tenemos que hacer es dar espacio a esta fuerza y ​​fomentar relaciones positivas entre nosotros. El propósito de la humanidad y para lo que fuimos creados es a alcanzar la unidad, a amarnos, a acercarnos y sentirnos como una sola familia.

Juntas, las mujeres pueden detener el odio que hunde el suelo bajo nuestros pies. Juntas, las mujeres pueden exigir que los hombres se conecten para reconstruir la unidad familiar desintegrada y criar a nuestros hijos con alegría. No hay hombre que pueda resistir la voluntad común de las mujeres.

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